SOBRE LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA
El deseo o
pretensión de independencia para Cataluña, está basado en la interpretación de
leyendas aprendidas luego al pie de la letra por discípulos de mente estrecha y
sin una formación política ni humanística, a excepción hecha de los elementos
de la clase política que viven del cuento, más o menos aprendido y fanatizado
con el tiempo y la fidelización a unas ideas que ahora ya no se consideran
falsas, sino que con el paso de los años, como reza el dicho castellano, las
costumbres se hacen leyes.
La independencia
de un pueblo como es Cataluña, no es posible ni viable ni en el sentido
político ni en el social y mucho menos en el económico ya que de por sí
Cataluña; por sí sola, no es capaz de mantenerse si le quitan las industrias
foráneas, las concesiones delegadas y el turismo que viene a una región de
España intentando chapurrear un poco el castellano.
No hablemos de
la electricidad que depende de otras regiones de España o la infraestructura
ferroviaria que como sabemos, es una concesión de RENFE.
En cuanto a
los aeropuertos, a excepción del de Barcelona de titularidad estatal, el resto
son ruinosos.
Siguiendo con
la falacia de los llamados “Països Catalans”, éstos nunca han existido ni
política ni geográficamente. Otra cosa, es el que en determinadas zonas por
efecto de guerras, pactos, adhesiones y otros chanchullos políticos, en su
tiempo, pudieran ser habitados, en parte, por ciudadanos de habla catalana como
el Rosellón o zonas del sur de Francia, que recordemos eran feudo del Reino de
Aragón, así como Valencia y las Baleares.
En otras zonas
limítrofes como la llamada franja, o sin ir más lejos en Fraga, no es extraño
que se hable catalán, dada la proximidad del territorio catalán, debido a las
mezclas, matrimonios y actos sociales, que sociológicamente concurren en
cualquier territorio cercano.
Por otra
parte, debemos considerar otra mentira que, disfrazada de leyenda y luego, como
decimos, se ha hecho casi tradición histórica, es la de la llamada señera
(vocablo que viene de señal, enseña, identidad, marca o fita de algo), la
bandera así denominada, no es ni más ni menos que la del Reino de Aragón (por
algo debe notarse que el condado catalán, pertenecía al referido reino) es
decir, que ni han inventado bandera ni tiene una tradición o leyenda como se
pretende embaucar a los ignorantes que se lo creen todo a pies juntillas, ni es
el símbolo de una nación.
Ahora, parece
ser que se está intentando potenciar otro símbolo patriótico que es la
estelada.
De nuevo nos
encontramos con una copia, con un símbolo sin tradición ni historia. Fue,
copiada de la bandera cubana con la estrella (que dicen es la de la libertad) y
precisamente se vende como elemento de libertad, e independencia.
Es curioso que
sea copia del país bastión y ejemplo de democracia y libertad del mundo; donde
la independencia de pensamiento y de acción, así como los derechos humanos, son
símbolos patrios.(¿?)
En definitiva,
nos encontramos frente a una región con una história propia reciente, sin
bandera, sin tradición política y que quiere ser independiente sumando, eso sí,
a su territorio, otros pueblos con diferente idiosincrasia que sólo tienen en
común que unas familias se aposentaron y crecieron en la práctica de un idioma.
Lo malo de
esto, es que las nuevas generaciones e incluso algunos más veteranos, a fuerza
de inmersión y repetición de conceptos, se lo han creído y los políticos de turno
juegan con los sentimientos de los ciudadanos ilusos y bienintencionados que,
al creer en algo, aunque equivocado, democráticamente debe ser respetado.
Respeto y
tolerancia hay que tener para la fiesta de la región que últimamente se ha
cambiado por reivindicativa de la intención que da título a este artículo.
Ya no es la
fiesta de un pueblo o región, es la fiesta reivindicativa de la independencia que
aprovechan los políticos de turno para confundir al pueblo llano haciéndoles
aflorar un sentimiento de patriotismo irreal que, de esta manera, al llevar a
la gran masa a la calle, celebran su éxito con el motivo que les interesa,
disfrazando la realidad y amagando los verdaderos problemas que sufre la
comunidad (sociales, económicos y sobretodo políticos).
Por otra
parte, el motivo real de la fecha, no es sino el de la celebración de una
derrota.
Ningún pueblo
en el mundo, celebra el aniversario de una derrota.
Buceando en la
historia, veremos que realmente no fue un levantamiento, sino una revuelta
convulsiva hacia una opresión del momento. No fue una guerra, ni siquiera un
alzamiento de un pueblo hacia otro invasor.
Fue el
estallido de las gentes frente a las libertades apropiadas por un régimen
monárquico foráneo. La comunidad catalana, luchó contra el Borbón en favor de
España aunque ahora se quiera vender lo contrario.
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