ENTREVISTA
AL CARDENAL BERGOGLIO, HOY PAPA FRANCISCO
Domingo, 31 de marzo de 2013.
RICARDO VALENZUELA, REFLEXIONES LIBERTARIAS
La renuncia de Benedicto XVI y la elección de Francisco han sido motivo
de infinidad de opiniones, enfrentamientos, confusiones. Yo me he sumergido en
este remolino porque, siendo economista, considero muy importante conocer el
pensamiento económico y político del nuevo Papa. En un mundo tan retorcido y
confundido como el que vivimos en estos momentos, la iglesia católica puede ser
un factor importante en el desenlace futuro de la humanidad.
Luchas despiadadas, intrigas y turbios enredos de facciones en el seno de
la curia de Roma, enemistados por razón del poder, fue a lo que Benedicto XVI
trató de responder con valentía y decisión, aunque sin éxito. Sus intentos
fracasaron, porque la cultura y la inteligencia no son suficientes para
enfrentar el maquiavelismo de los intereses creados y poderes fácticos en el
seno de la Iglesia. Benedicto XVI fue “un pastor rodeado por lobos”.
¿QUIEN ES EL NUEVO PASTOR?
Empieza a circular la transcripción de una entrevista que le hicieran al
entonces cardenal Bergoglio en su país, Argentina. Pero en realidad era una
emboscada ejecutada por el periodista Chriss Mathews. Sin embargo, el ahora
Papa Francisco, termina acribillando a Mathews de tal forma que MSNBC nunca la
pasó al aire. Mathews, al darse cuenta que su plan fallaba, interrumpió el
evento y el video fue archivado.
Un estudiante de Notre Dame que cumplía su servicio social en MSNBC, en
forma de contrabando lo sustrajo para entregárselo a uno de sus profesores.
El plato fuerte de la entrevista sería su debate acerca de la pobreza.
El intercambio se inicia cuando el periodista trata de emboscar al Cardenal
insinuando que era admirador de la pobreza. El Cardenal, evadiendo el disparo,
le responde: “Primero en Europa y ahora en América, los políticos se han
dedicado a endeudar a la gente creando un ambiente de dependencia. ¿Para qué? Para
incrementar su poder. Son grandes expertos creando pobreza y nadie los cuestiona.
Yo lucho por combatir esa pobreza y si eso requiere oponerse a sus causas, no
seré Papa. La pobreza se ha convertido en una condición natural y ello es suficientemente
malo. Mi tarea es evitar el agravamiento de tal condición. Las ideologías que
fabrican más pobreza deben ser denunciadas. Yo lo he hecho y por esa razón, no
seré Papa.”
“Estoy enterado de tu formación como economista. Bien, compradores y vendedores
no llevan a cabo intercambios en contra de su voluntad. El hombre comete
errores, a veces es egoísta y se involucra en intercambios que no le ayudan.
Algunas veces eso lo lleva a la pobreza, pero fue su decisión. Aquí lo único
que puede hacer la iglesia es educar para que se conviertan en mejores agentes
económicos. La educación es la gran solución de este problema. Debemos enseñar
a la gente como salvar su alma, pero también enseñémosle a evitar la pobreza y
no permitir que el gobierno los conduzca a ese penoso estado."
Mathews, ofendido, le pregunta: “¿Usted culpa al gobierno?”. Responde el
Cardenal: “No, culpo a los políticos que solo buscan sus intereses”.
En esos momentos el Cardenal se da cuenta que le entrevista jamás saldría
al aire y se quita los guantes: “Tú eres socialista y tus amigos también lo
son. Ustedes y sus políticas son la razón de los 70 años de miseria en Rusia y
que Europa esté a punto del colapso. Creen en la redistribución y es una de las
razones de la pobreza. Ustedes quieren nacionalizar el universo para controlar
todas las actividades humanas. Ustedes destruyen el incentivo del hombre para,
inclusive, hacerse cargo de su familia, un crimen contra la naturaleza y contra
Dios. Estas ideologías crean más pobres que todas las corporaciones que ustedes
etiquetan como diabólicas.”
Replica Mathews: “Nunca había escuchado algo así de un cardenal”. Responde
el Cardenal: “La gente dominada por socialistas necesita saber que no tenemos
que ser pobres. Alguna pobreza es parte de los expulsados del Edén. Pero mira
el imperio de la dependencia creado por Hugo Chávez. Con falsas promesas,
mintiendo para que lleguen a arrodillarse ante el gobierno y ante él. Dándoles
peces pero sin permitirles pescar. Si en América Latina alguien aprende a
pescar, es castigado y sus peces confiscados por los socialistas. La libertad
es castigada en todo el mundo.”
Ataca Mathews: “¿Y América Latina? ¿Quiere borrar ese progreso logrado?”.
Responde el Cardenal: “Tú hablas de progreso y yo de pobreza. Temo por América
Latina. Toda la región está controlada por un bloque de regímenes socialistas
como Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua. ¿Quién los salvará de esa tiranía?”
Acusa Mathews: “Usted es capitalista”. “No”, responde el Cardenal. “Si
pensar que el capital es necesario para construir fábricas, escuelas,
hospitales, iglesias… tal vez lo sea. ¿Tú te opones a este proceso?”. “Por
supuesto que no, pero ¿no piensa que el capital es arrebatado de la gente por
corporaciones abusivas para esos proyectos?”
Revira el Cardenal: “No, yo pienso que la gente, a través de sus
opciones económicas, decide que parte de su capital irá para esos proyectos. La
utilización del capital debe ser voluntaria. Sólo cuando los políticos
confiscan ese capital para construir obras del gobierno, alimentar la burocracia,
surge un grave problema. El capital invertido de forma voluntaria es legítimo,
pero el que se invierte a base de coerción, es ilegitimo.”
“Sus ideas son radicales”, afirma el periodista. Responde el Cardenal: “No,
tal vez reaccionarias. Hace años Khrushchev hizo una advertencia: ‘No debemos
esperar que los americanos abracen el comunismo, pero podemos asistir a sus
líderes electos con inyecciones de socialismo hasta que, al despertar, se den
cuenta se embarcaron en el comunismo.’ Esto es lo que sucede en estos momentos
en al antiguo bastión de la libertad. ¿Cómo los EEUU pueden salvar a América
Latina si ellos se han convertido en esclavos de su gobierno?”
Mathews afirma: “Yo no puedo digerir todo esto”. El Cardenal responde: “Te
ves muy enojado, pero la verdad puede ser dolorosa. Ustedes han creado el
estado de bienestar y ha sido solo respuesta a las necesidades de los pobres
creados por la política. El estado interventor absuelve a la sociedad de su
responsabilidad. Las familias escapan de su responsabilidad en el estado de
bienestar e inclusive, las iglesias. La gente ya no practica la caridad pues ve
a los pobres como problema del gobierno. Para la iglesia ya no hay pobres que ayudar,
los han empobrecido permanentemente y son ahora propiedad de los políticos.
Algo que me irrita profundamente, es la inhabilidad de la media para observar
algún problema sin analizar cuál es la causa. A la gente la empobrecen para que
luego vote por quienes los hundieron en la pobreza.”
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